Mensaje de Cuaresma de Mons. Ricardo Morales, obispo de Copiapó: «Volver el corazón al hermano»

Con este Miércoles de Ceniza comenzamos la Cuaresma. La invitación que nos hace el Señor es a que podamos convertir el corazón a su Palabra, por eso que estos días de cuaresma en preparación a la Pascua, a la resurrección de Nuestro Señor, sean tiempos benditos para que podamos mirar nuestra vida y ver qué hay en el corazón que tiene que salir para dejar entrar a Cristo Resucitado. Él vence toda tiniebla y toda muerte. Por eso Miércoles de Ceniza, con la imposición de la ceniza en nuestra frente, en nuestra cabeza, es invitación a vivir la humildad, por sobre todas las cosas, para reconocer que siempre necesitamos convertir nuestro corazón.

Todo aquello que se repite a veces corre el riesgo de acabar convirtiéndose en costumbre, la repetición puede quitar a ciertas prácticas ese carácter de novedad, y todo el potencial que tiene es el peligro que tenemos también con la cuaresma que hoy comenzamos.

Como cada año la liturgia nos recuerda que cualquier práctica religiosa puede vivirse desde la superficie o en lo profundo. La limosna, el ayuno, la oración, que configuran la vida de un judío piadoso, pueden ser el mero cumplimiento externo de una costumbre o una oportunidad una ocasión siempre nueva para ahondar y fortalecer la relación con Aquel que ve lo secreto de nuestro corazón.

Que podamos vivir esta Cuaresma con este espíritu de ir a lo profundo, de convertir el corazón en la humildad al Señor y a su Palabra, y por sobre todas las cosas, teniendo presente que la conversión es volver el corazón al hermano, al que sufre, al que nos necesita.

Su obispo y hermano,

Fr. Ricardo Morales Galindo, obispo de Copiapó

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