El 21 de octubre de 1788, el gobernador del Reino de Chile, Ambrosio O´Higgins, partió de Santiago con rumbo al norte del país, con el fin de realizar una visita que consideraba necesaria, ya que desde los tiempos de Pedro de Valdivia no se cumplía con esta medida de conocer en terreno las necesidades de la población.
Tras venirse cabalgando desde la capital del Reino, llegó a La Serena, donde el 23 de noviembre abordó el buque “El Águila” con rumbo al puerto de Caldera, donde arribó el 10 de diciembre del mismo año. El 29 del mismo mes, acompañado de su comitiva se dirigió hacia el centro del valle de Huasco, llegando primeramente a Huasco Bajo, para luego pasar a Santa Rosa de Lima (Freirina).
Al enterarse de la presencia en la zona del gobernador del Reino, el párroco huasquino Ventura José de Herrera invitó a don Ambrosio y comitiva a continuar viaje hacia el interior del valle, precisamente, hasta el lugar conocido como “Paitanás”, que era un terreno de su propiedad, respecto del cual el gobernador O´Higgins quedó gratamente impresionado, ya que a sus bondades naturales sumaba una buena ubicación geográfica, al estar en el centro del valle, retirado de la costa y, prácticamente, en línea recta con Copiapó y La Serena.
Tras un recorrido por la zona, el propio Gobernador del Reino de Chile, Ambrosio O´Higgins, entregó los fundamentos para fundar la Villa de Ballenary el 5 de enero de 1789: “Por su clima, por hallarse casi en el promedio de esta jurisdicción y menos expuesta por su distancia a ser sorprendida por el mar, por tener allí su residencia el cura con una espaciosa iglesia parroquial y algunos vecinos españoles, con salida para los partidos (ciudades) confinantes de Coquimbo y Copiapó; con caminos buenos y más rectos y abundantes de aguadas que el de la costa que presentemente se trafica y, sobre todo, por la excelencia del terreno de más de 30 cuadras de largo y 7 de ancho, todo de llanura y de siembra, donde el río corre encajonado, de modo que se pasa por puente y que en el alto hay un dilatado campo también de cultivo y apto para chácaras si se le conduce aguas”.
Ambrosio O´Higgins propuso fundar la villa, aprovechando la existencia de ranchos habitados por indígenas y algunos españoles que habían decidido apartarse de la comitiva de Valdivia. Para ello ordenó a su alarife, Pedro Rico, delinear los trazos de la naciente villa, para comenzar la repartición de terrenos.
El acta de fundación redactada por el secretario sustituto de Gobernación y Guerra, Ignacio de Andía y Varela, se firmó en el asiento de Santa Rosa el 5 de enero de 1789.
Luego de considerar cumplidos sus propósitos y obligaciones con la recién fundada villa de Vallenar, el gobernador Ambrosio O´Higgins regresó a La Serena el 19 de enero. Estando allí, recibió una petición del subdelegado de la villa, Martín Gregorio del Villar, quien -a nombre de un grupo de vecinos, encabezados por el cura Ventura José de Herrera- le solicitaba que Vallenar fuera el pueblo que perpetuara su nombre y así recordar su gran obra, teniendo por patrono a San Ambrosio. El gobernador O´Higgins quedó gratamente complacido con esta petición, la que aceptó el 10 de febrero de 1789, a través de un decreto expedido en La Serena.