Nueva Ley de Royalty: “La destrucción creativa”

Manuel Viera Flores, Dr. Economía Minera y Finanzas. Ceo & Managing Partner Metaproject Chile.

La minería chilena durante más de 200 años, ha demostrado ser eficiente, comprometida con los sistemas productivos, y la sostenibilidad económica, entregando no solo divisas para el país, sino también desarrollo socio económico para la nación entera. La minería es esencial, sostenible, comprometida con la sociedad y el medioambiente. Pero las malas noticias llegan, Chile cae 25 puestos en el ranking Fraser de Competitividad como distrito atractivo para invertir, lo peor es que estamos en una inercia sistemática.

Tuvo que venir una terrible pandemia, tuvo que existir una guerra entre Rusia y Ucrania, como también la guerra económica entre EE.UU. con China, para darnos cuenta que las materias primas y la minería no solo son importantes jugando un papel crítico en el abastecimiento de las llamadas materias primas estratégicas, sino para todos los países del mundo. Gracias a la minería, muchos países no solo cayeron en insolvencia económica como Chile, sino que nunca paralizaron su industria minera, como sí lo hicieron otros sectores productivos del país.

La dependencia de China con las materias primas, la escasez de las materias primas llamadas estratégicas para combatir el cambio climático, aprendimos que debemos evitar esta dependencia de manera urgente, para evitar conflictos geopolíticos y desarrollar en debida forma la transición energética y combatir el cambio climático.

¡Pero lo anecdótico es que Chile es el único país que no aprendió nada de estos cambios!

No solo no aprendió nada, sino que va en el camino contrario por las siguientes razones:

ü  Aumenta la carga tributaria con la nueva ley de royalty que no solo es mala y equivocada para Chile, sino que también existe una ignorancia de lo que sucede en la industria minera de Chile. Un royalty ad valorem no debe aplicarse a Chile con leyes bajas de altos costos y mono productor. La economía minera, así lo recomienda, tiene sentido cuando sus yacimientos son polimetálicos de alta ley como lo es Perú, el segundo mayor productor de cobre.

ü  Desproporcionada carga tributaria lo que aleja al país como plaza atractiva para los inversionistas.

ü  Hay incertidumbre en términos de certeza jurídica y tributaria, que hace desconfiar a los inversionistas, si hay cambios en las reglas del juego, nuevamente se aleja a los inversionistas.

ü  Habrá menos recaudación fiscal en el mediano y largo plazo, pues mucho mineral quedará en el cerro sin posibilidad de extraerlos al aumentar el royalty sobre las ventas (baja ley del mineral en la ecuación de ingresos).

ü  Xenofobia en contra de la minería de algunas autoridades y activistas por parar la minería.

ü  Relación con las comunidades, y exigencias ambientales no se armoniza la opinión técnica con la opinión política. Genera alta incertidumbre en los inversionistas.

ü  Fantasma de las nacionalizaciones propuesta por varios políticos genera incertidumbre y fuga de inversionista a otros países más seguros.

ü  Da la sensación que los empresarios e inversionistas son los enemigos y se les ataca, lo que deja en tela de juicio el derecho a la propiedad.

ü  Aumento de la desconfianza empresarial. Habrá fuga de inversionistas para otros países y ecosistemas geológicos de mayor estabilidad jurídica y tributaria.

ü  Rechazo a nuevos proyectos mineros genera desconfianza, incertidumbre y ahuyenta la inversión.

ü  Cambio en las nuevas coordenadas y periodo de tiempo para aplicarla

Pero si el mundo necesita urgente más cobre y litio, materias primas estratégicas yo me pregunto: ¿esta es la forma de fomentar la mayor producción y mayor inversión para generar más divisas para el país?

Claramente no lo es, por eso hago un llamado a la autoridad de hacienda que reflexione, que les consulte a los expertos antes de dañar de manera irreparable a nuestra industria minera siempre ganadora; de no hacerlo se pasará a la historia por generar desconfianza y parar a la minería para siempre.

Como conclusión podemos decir que la pandemia confirmó lo importante de la minería en el desarrollo industrial y socio económico de cada país. Países que no eran mineros ahora lo son y se han dedicado a la búsqueda de esas materias primas en Europa y en todo el mundo, ¿pero que hace Chile al respecto? ¿Alguna nueva política pública?

Recomiendo e insisto que, el mejor modelo de royalty es aplicar solo a la rentabilidad operacional, buscando el punto de equilibrio que permita entre maximizar la recaudación fiscal para el Estado y le dé una rentabilidad justa al privado, sin sacrificar inversión y aporte para el Estado, siguiendo el camino browniano del precio del cobre mediante horizonte cíclico basado en el factor de agotamiento o depletion.

La minería está en la encrucijada de su destrucción creativa y para ello debemos estar alerta y defenderla sumando valores para una nueva sociedad.

Con la minería debemos devolverle al planeta la dignidad y la vida que nos da.

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