“Atacama debe volver a producir sus propios alimentos”

En tiempos de globalización y cadenas de suministro complejas, la idea de la autosuficiencia alimentaria puede parecer una utopía lejana. Sin embargo, en Atacama, la realidad es que un regreso a la producción local de alimentos no solo es posible, sino que es esencial para el bienestar de la región y el fortalecimiento de su economía. Con ello se enfrentan a los sobreprecios especulativos, por ejemplo, el precio del aceite que llegó a costar alrededor de 7 mil pesos el litro, incluso por un par de años, un aceite vegetal compuesto por químicos inicuos para la salud, teniendo en la región un aceite de oliva de calidad. Un segundo punto es la calidad de la alimentación, necesitamos una alimentación de calidad, orgánica y rica en sabor, características de alimentos producidos en la región, como, por ejemplo, la uva de mesa, el tomate, las aceitunas, etc.

Nuestra tierra es hogar de hombres y mujeres que, con dedicación y esfuerzo, cultivan frutas y verduras de una calidad excepcional. Estos productos no solo son ricos y orgánicos, sino que también son una manifestación del potencial agrícola que posee la región. La agricultura en Atacama ha demostrado ser capaz de prosperar con las condiciones adecuadas, pero requiere un apoyo decidido de políticas públicas para alcanzar todo su potencial. Es por ello que se deben aumentar los recursos regionales para producir más y mejor.

Frutas y verduras de calidad

Las frutas y verduras producidas por los pequeños y pequeñas campesinas de Atacama destacan por su sabor y calidad. Estos productos, cultivados en métodos orgánicos y sostenibles, no solo satisfacen las necesidades del mercado local, sino que también ofrecen a los consumidores una alternativa saludable y libre de químicos. La frescura y el sabor de estos alimentos orgánicos son un testimonio del arduo trabajo de nuestros agricultores y del potencial que tiene Atacama para convertirse en un centro de producción agrícola regional.

El impacto en la economía local

Invertir en la producción local de alimentos tiene implicaciones económicas significativas. Fortalecer a los pequeños campesinos no solo asegura un suministro constante y confiable de productos frescos, sino que también genera empleo y apoya a las economías familiares. Estos agricultores no solo producen alimentos, sino que también crean empleos, mantienen viva la cultura agrícola local y fomentan la economía circular en la región.

Además, apoyar la producción local puede reducir la dependencia de alimentos importados, que no solo pueden ser más costosos debido a los gastos de transporte y logística, sino que también tienen un impacto ambiental considerable. Al reducir la huella de carbono asociada con el transporte de alimentos, Atacama puede hacer una contribución significativa a la sostenibilidad ambiental.

Políticas públicas para el cambio

Para que Atacama pueda volver a producir sus propios alimentos de manera efectiva, es crucial que se implementen políticas públicas que fortalezcan a los pequeños campesinos. Esto incluye proporcionar acceso a financiamiento, capacitación en técnicas agrícolas modernas y sostenibles, y facilitar el acceso a mercados locales y regionales.

El apoyo institucional puede ser un catalizador para el crecimiento y la sostenibilidad de la agricultura local. Programas de subsidios, incentivos fiscales y asistencia técnica son herramientas valiosas que pueden ayudar a los pequeños agricultores a superar los desafíos y prosperar. Asimismo, promover la colaboración entre los productores locales y los consumidores puede fomentar una red de apoyo que beneficie a ambas partes.

Escrito por: Marco Aurelio Quiroga Acuña, copiapino, ingeniero civil de minas U. de Chile, diplomado en políticas públicas U. de Chile y estudiante del magíster en Finanzas U. Católica de Chile. Candidato a Consejero Regional por la Provincia de Copiapó.

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