En los últimos años, Chile ha experimentado una notable tendencia hacia la moderación política, particularmente en Copiapó. Los ciudadanos han mostrado una clara preferencia por apoyar a movimientos que aseguren seguridad y trabajo, evitando los extremos tanto de la izquierda como de la derecha. Este fenómeno responde a diversas razones que reflejan el deseo del pueblo chileno de defender la democracia y rechazar tanto las posturas autocráticas, como las propuestas progresistas radicales que no logran resonar con sus aspiraciones y valores. Primero, es esencial comprender que la historia reciente de Chile ha dejado una huella profunda en la psique colectiva. El país vivió décadas de dictadura y luego un arduo proceso de transición hacia la democracia. Esta experiencia ha moldeado una conciencia cívica que valora profundamente la estabilidad, la paz y la continuidad democrática.
Las experiencias de gobiernos autoritarios han enseñado a los chilenos, incluidos los ciudadanos de Copiapó, a rechazar cualquier forma de gobierno que amenace estos valores fundamentales. La extrema derecha, con su retórica y métodos autoritarios, suscita recuerdos y temores de tiempos oscuros. Por otro lado, la extrema izquierda, con su enfoque revolucionario y sus promesas de cambios radicales progresistas, puede parecer atractiva para algunos sectores, pero también genera incertidumbre y miedo a la inestabilidad económica y social. En contraste, el centro ofrece una vía de moderación que promete estabilidad económica y social, sin recurrir a métodos coercitivos ni promesas irrealizables. El fracaso del modelo socialista venezolano, con una economía colapsada y una crisis humanitaria sin precedentes, es un claro ejemplo de las consecuencias negativas de un socialismo mal implementado. De manera similar, el modelo socialista cubano, que ha llevado a décadas de estancamiento económico y falta de libertades civiles, el régimen nicaragüense, con sus violaciones sistemáticas de derechos humanos, muestran los peligros de políticas extremistas de izquierda. Estos ejemplos destacan la importancia de evitar los extremos y buscar soluciones pragmáticas y viables. En este sentido, es crucial también tener una mirada crítica hacia el gobierno de Gabriel Boric, cuya administración ha mostrado tendencias hacia un socialismo que, si bien busca abordar problemas sociales importantes, corre el riesgo de caer en los mismos errores que han afectado a otros países de la región. La necesidad de un liderazgo que valore la moderación y el pragmatismo se hace evidente al observar estos ejemplos. El pueblo busca soluciones reales a problemas cotidianos como la seguridad, el empleo, la salud y la educación. En este sentido, las propuestas de centro, que promueven un crecimiento económico sostenible, la creación de empleo y la mejora de los servicios públicos, resuenan más con las expectativas de los ciudadanos. Además, el rechazo a las posturas de liderazgos tradicionales corruptos, desgastados y progresistas más radicales se debe en parte a la percepción de que estas no se alinean con la realidad económica y social del país. Las políticas progresistas de izquierdas extremas a menudo implican cambios rápidos y profundos que pueden desestabilizar la economía y el tejido social. Los ciudadanos de Copiapó, al igual que muchos en Chile, valoran la seguridad y la continuidad, y ven en las propuestas de centro una garantía de que los cambios necesarios se implementarán de manera real, gradual y controlada.
La defensa de la democracia es otro pilar fundamental, los chilenos hemos demostrado repetidamente nuestro compromiso con los valores democráticos, rechazando cualquier forma de autocracia. Este compromiso con la democracia y el respeto por las instituciones es un atractivo poderoso para los votantes que han visto cómo los extremos pueden erosionar estos principios fundamentales. Como candidato independiente, es crucial para mí y mi equipo en Copiapó seguir esta línea de moderación y pragmatismo. La independencia política nos permite adoptar una postura flexible y centrada en las necesidades reales de la comunidad, sin estar atados a ideologías rígidas. Nuestra propuesta se basa en escuchar a los ciudadanos, entender sus preocupaciones y trabajar para ofrecer soluciones viables y sostenibles. En este contexto, invito a todos los Copiapinos a reflexionar sobre la importancia de un liderazgo político que valore la estabilidad, la democracia y el progreso gradual. La opción de centro no es una mera etiqueta, sino una promesa de gobernar con responsabilidad, integridad y un profundo respeto por los valores que nos unen como sociedad.
En conclusión, el apoyo creciente a los LIDERAZGOS INDEPENDIENTES en Copiapó refleja un deseo colectivo de estabilidad, progreso y democracia. Rechazamos los extremos porque hemos aprendido de nuestra historia y entendemos que el camino hacia un futuro mejor se construye con pasos firmes y moderados. Invito a todos a unirse a este camino, a trabajar juntos por un Copiapó más próspero y seguro, donde el diálogo y la cooperación prevalezcan sobre la división y el conflicto.
Esteban García Quevedo, Candidato independiente a la Alcaldía de Copiapó.
