La tradicional liturgia tuvo lugar la noche del jueves 1 de febrero, a la espera del día de la Fiesta. El cirio avanzó por el pasillo central del patio para encender las velas de los peregrinos que repletaron el patio del Santuario. “Es un gesto dejar que la luz del señor entre en nuestro corazón” dijo el p. Enrique Balzán, que presidió la celebración, y reiteró: “nosotros estamos invitados a dejar entrar la Palabra de Dios a nuestro corazón. Ser lucecita para los demás”.
Invitó a recordar “a María con la primera iglesia, esperando al Espíritu Santo, María no solo intercede, María camina con la iglesia, y hoy aquí estamos nosotros, la iglesia, laicos, religiosas, religiosos, sacerdotes, con María”.
Procesión
Miles de familias participaron de la procesión de las Candelas, que recorrió calles cercanas al Santuario. La procesión volvió al Santuario cerca de la medianoche, momento en que el rector del Santuario, p. Francisco Javier Medina, llevó al altar la imagen histórica, encontrada hace 244 años en la cordillera. Luego se cantó el Cumpleaños Feliz, Las Mañanitas, y el Vicario General y el rector ofrecieron su saludo a la Virgen.
Lo mismo hicieron los jefes de los bailes, de la Federación y las Asociaciones, quienes llevaron al altar como obsequio un gran lienzo con la oración a la Virgen, y un grupo de niños y niñas de los bailes, como signo del futuro, y del amor a María de sus hijos e hijas. Para finalizar, una familia ofreció un nuevo manto para la imagen, y los clubes de cuecas ofrecieron su tradicional esquinazo.