Impulsada por Bernardo O’Higgins se funda en Santiago la Sociedad Lancasteriana que ya estaba trabajando desde 1821 siguiendo el método de su creador el ideólogo Joseph Lancaster de Inglaterra.
El método consistía en convertir en monitores a los alumnos sobresalientes de una clase, los cuales enseñaban a grupos de 10 alumnos.
Con esto se conseguía enseñar a cientos de niños simultáneamente y pagando sólo a un maestro-guía. Este sistema dejó de funcionar en enero de 1823 cuando Bernardo O’Higgins abdicó.