En el marco de la crisis educativa que afecta a la Región de Atacama y tras una paralización que se extendió por 83 días y afectó a más de 30 mil escolares, la organización Escuelas Abiertas emitió un reporte en el cual alertó por los daños emocionales generados a los estudiantes, así como por las brechas de aprendizaje.
Esto, luego de que la presidenta de la organización, María Teresa Romero; y la directora Valentina Rebolledo, arribaran a la zona, donde visitaron cuatro establecimientos con el fin de constatar el denominado «retorno educativo» tras el fin del paro docente.
En detalle, según consigna El Mercurio, Romero y Rebolledo comprobaron que «los alumnos, en vez de volver a una jornada normal, retornaron de manera parcial y fragmentada. Deben hacer turnos por grupos, con jornada acotada, y con clases efectivas los días martes, miércoles y jueves, ya que los días lunes y viernes se realiza trabajo administrativo».
Asimismo, revelaron que los docentes en paro, junto con recibir su sueldo normalmente —pues finalmente el Servicio Local no descontó los días no trabajados—, ofrecían clases particulares a sus propios estudiantes que se mantenían sin clases debido a la paralización.
Por otro lado, el reporte también alertó por los daños emocionales causados en los estudiantes, ya que por ejemplo algunos de ellos, al no poder asistir a clases, tampoco pudieron rendir la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES). En ese sentido, afirma que «los profesores ‘tienen el sartén por el mango’ frente al ministerio.
No tienen el resguardo de los niños y no entienden el rol social que tienen que cumplir. Acá hay abandono de deberes y un incumplimiento del derecho constitucional a recibir educación.
El ministerio también tiene mucha responsabilidad porque se enfoca principalmente en los gremios y pierde el foco pedagógico, que es el bienestar de los niños». «Vemos que los daños no solo se reflejarán en materia de aprendizajes, sino que también en salud mental y trayectorias escolares interrumpidas», agrega, enfatizando en que «es fundamental una ayuda público-privada que se enfoque en dar apoyo y nivelar a estudiantes de enseñanza básica.
Es en este momento donde se deben cimentar las bases del proceso de lectoescritura que ha sido tan interrumpido durante los últimos años». Finalmente, reprocha que la definición del Colegio de Profesores de «todos o ninguno» «refleja irresponsabilidad», pues no se pone al estudiante al centro de la discusión», y asimismo, «no se justifica que por este motivo miles de estudiantes hayan perdido tres meses de clases, y que no haya voluntad de ponerse de acuerdo ni de buscar soluciones».
Fuente: Emol.com