El próximo 29 de abril – debería conocerse el primer texto borrador de nuestra nueva Carta Magna, sin embargo, este hecho histórico que debería suscitar alegría y esperanzas en nuestra ciudadanía, en numerosos círculos y sectores, está provocando incertidumbre y molestias, ya que hemos sido testigos del debates y aprobación en general de propuestas maximalistas, radicales y refundacionales, defendidas por grupos de convencionales que más bien quieren imponer sus puntos de vista, que buscar acuerdos transversales, atrincherándose en posiciones particulares u ideologizadas, y negándonos a que la nueva Constitución sea realmente la casa común en la cual quepamos y nos sintamos plenamente identificados todos y no solamente un sector de nuestro país.
Es a raíz de esta situación, es que se están alzando muchas voces, para advertir sobre el daño que hará al país aprobar la nueva constitución que propondrá la Convención Constitucional, y que nos obligaría a votar rechazo, en el plebiscito de salida. Es cierto que intentar convencer ahora que vamos por mal camino será una tarea difícil. Pero dejar que pase el tiempo no hará que la tarea se ponga más fácil. Es más, mientras más voces se escuchen ahora en contra del proceso constituyente, más posibilidades hay de que la Convención Constitucional deje de conducir al país hacia el despeñadero institucional.
El Desafío hoy día, es el mismo que tuvimos muchos para el plebiscito del año 88, los grupos que estuvimos por el NO, el año 88 cuando a Pinochet lo presentan como candidato único, era, como lograr ganar ese plebiscito, además nosotros la oposición NO en ese entonces, habíamos perdido en la consulta del 78 y el plebiscito del año 80, ( similitud hoy con el sector de quienes votaron rechazo, y que perdieron la última elección presidencial) si los perdimos, era muy difícil ganar unos plebiscitos de esa naturaleza, pero logramos ganar el 88 dándole vuelta el plebiscito a quienes lo convocaban.
En ese entonces, adentro de la DC, tuvimos dos peleas, importantes, la primera pelea, fue aceptar participar en un plebiscito, en el que ninguno de nosotros tenía confianza, por las reglas del juego, y creíamos que lo íbamos a perder. Entonces ahí, dirigentes como Adolfo Zaldívar y Andrés Aylwin, jugaron la tesis que había que inscribir el partido de la DC, y que había que jugar dentro del juego que había impuesto el régimen militar.
Y se ganó, y de esa manera se le pudo dar vueltas el plebiscito, volviéndoselo en contra de sus convocantes. Y la verdad de las cosas, es que hoy está ocurriendo casi lo mismo, porque hay gente en la misma derecha, que cree que eventualmente, este plebiscito no se puede ganar
La segunda discusión que tuvimos nosotros, empezó el 86,87, en esa época, era el Partido Comunista, el PC era como el convidado de piedra, el régimen militar, quería elevar el perfil del PC, porque sentía que mientras más se notaba la estrategia de violencia del PC, eso les iba a ayudar al resultado de ellos al Si. Bueno, nosotros, efectivamente, teníamos una diferencia estratégica con el PC, y obviamente, gran parte del esfuerzo que teníamos que hacer, era tratar de convencerlos o disciplinarlos, para que no salieran en la foto, porque eran contraproducentes, y al final lo logramos, al final el PC se dio a la razón, a pesar que mantuvieron su estrategia, no se sumaron al NO sino hasta muy tarde.
Nosotros queríamos lejos al PC, no teníamos ningún interés en que se subieran al carro de nosotros, nos complicaban, y no solo a nosotros a la DC; ni los socialistas tenían ganas de ser comparsas o sacarse fotos en común con el PC eran contraproducentes, hoy, eso mismo le pasa a los partidos del actual gobierno de Piñera, ellos simbolizan hoy en día lo que era en ese entonces el PC para nosotros, los partidos de la derecha chilena son actualmente, los espantapájaros, un lastre para que el rechazo pueda ganar el plebiscito, y eso al parecer, no se dan cuenta.
Si el plebiscito de salida se constituye como un plebiscito entre la élite y partidos de derecha que defendería la Constitución que está rigiendo, y por eso rechazaría la propuesta constitucional de la Convención, versus el “pueblo” que estaría por la nueva propuesta (discurso de la izquierda), entonces el resultado es completamente previsible: va a ganar ese pueblo contra una élite
El plebiscito del 88, tuvimos dos o tres años para preparar una estrategia para ganar ese plebiscito, aquí hay cinco meses, el ciclo electoral es muy corto, y si ya hubo dos votaciones, que han venido dando un mal resultado anteriormente, es dable suponer, que ese encrespamiento, puede operar en contra eventualmente. Y aún más, hay algo que pocos han comentado, o sacado a la luz pública, si se llega a perder el plebiscito, y llega a ganar el apruebo, va a ver una elección presidencial anticipada, el año 2023 el próximo año.
Y esto es porque hay una disposición en la constitución, que lo exige, el artículo 138, que es producto del Acuerdo Constituyente, que estipula, que si hay un cambio sustantivo en alguna de las instituciones, se tiene que convocar a elecciones anticipadas de esas instituciones. Cambia el Congreso, se tiene que convocar elecciones anticipadas del Congreso, cambia la presidencia el equilibrio del poder, y se tiene que convocar a elecciones presidenciales anticipadas.
Al tener elecciones anticipadas, si gana el apruebo, de Presidente de la República el próximo año, con Boric yendo a la reelección, será, indudablemente, con la intención política del grupo que está detrás suyo en el gobierno, de no tener solo un gobierno de cuatro años de Boric, sino de seis, ocho, dejar a Boric en buenas cuentas, como Presidente de la República, y aprovechar la mayoría que se impuso en Diciembre pasado, por diez años más, a lo menos.
Y esto, independiente del ciclo económico, o lo que ocurra este año, los camioneros, el malestar de la gente, etc., las intenciones políticas de ellos, del nuevo gobierno, son a largo plazo, y lo pueden lograr, ellos podrían imponer su constitución y podrían llegar a proyectar su gobierno por ocho o diez años más, y esto todo depende de lo que hagan sus adversarios, y hasta ahora los sectores que perdieron la elección presidencial, en diciembre pasado, han hecho cualquier otra cosa, que volverse competitivos fundamentalmente, para poder ganar el plebiscito o la elección presidencial anticipada.
En una elección presidencial, con Boric a la reelección, ninguno de los candidatos que perdió frente a él en la última elección con siete nombres, podrá ganarle, ninguno, ni Parisi, ni Kast, ni Sichel, ni Meo, ni la Provoste, ni Artes, etc. Nadie. En segunda vuelta Kast tubo la misma votación que sacó Pinochet y Sebastián Piñera, Kast no suma un solo voto más allá de la derecha histórica de Chile, e incluso esta geo referenciada, si la comparan con la elección de Piñera en 2017, son casi las mismas comunas.
Esta es una elección, como nunca habíamos tenido, porque en Chile, no había reelección presidencial, y el otro año la podríamos tener, vamos a tener un Presidente de la República, con todas las intenciones de ser reelecto, con todo el aparataje del sector público, jugando a su favor, igual que en el plebiscito del 88 con el General Pinochet, y hasta ahora no se está haciendo nada para enfrentar lo que viene, porque la fragmentación de la derecha, opera en contra de eso, además hoy hay grupos en la derecha que tienen una disputa hegemoníca interna al interior de sus partidos, dando un triste espectáculo al país, por lo que más que sumar, restan, y por eso son contraproducentes y son lo que eran el PC para nosotros el NO el año 88.
El desafío hoy en día al igual que en la votación del 88, el nuestro era como salir de Pinochet sin volver a la Unidad Popular, ese era nuestro desafío, y Pinochet, quería ganar ese plebiscito, diciendo que, si no era el, era el caos; entonces nosotros teníamos que demostrar que no volvíamos a la unidad popular, volvíamos a algo moderado, distinto, si algo distinguió al NO el año 88, es que no fue quejumbroso… No nos perdimos ni en la violencia, polarización, ni jugar en cancha ajena… Entregamos un mensaje de esperanza y cambiamos la cancha… Y ganamos, ganamos porque estábamos unidos, teníamos disciplina, y teníamos una épica común y un relato común,
El gobierno de Boric y esta Convención Constituyente, tendrán un solo relato para llamar al Apruebo, en cambio, por el Rechazo hoy podemos vislumbrar tres grupos, al menos, con tres relatos cacofónicos que no van a resultar, y los podría llevar a la derrota. Entonces, la derecha tiene el desafío, de unirse y definir hoy, ahora, un mensaje, un relato único, en función de lo que piensa la mayoría del país, de manera novedosa, proactiva, propositiva no en función a los temores que tiene la derecha y hoy reproduce en los diarios, grupos de WhatsApp y Facebook, seguir agitando la conspiración internacional de la ONU, de Maduro, la agenda de Puebla, etc. los hará ir a una derrota segura, ya que no tienen nada que ver con las opiniones predominantes en este país, con lo que verdaderamente le preocupa al ciudadano común.
Nadie en el plebiscito de salida, va a leer la nueva constitución, al igual que en el plebiscito del 80 nadie leyó la Constitución de Pinochet, la pregunta, entonces, es qué puede ofrecer realmente como hoja de ruta el oficialismo para canalizar, en términos simbólicos y eficaces, la indispensable renovación institucional que hoy nuestro país demanda, y evidenciadas con el estallido social. Como ultimo antecedente a considerar, en Chile en esta última elección votó sorprendentemente una gran cantidad de mujeres menor de treinta años, ellas le dieron un plus a Boric. alineando esa votación, ya que Kast se fue en postura antiaborto, Kast perdió en jóvenes, mujeres y clase media.
Fuente: https://diariobramador.cl/politica/similitudes-entre-el-no-y-el-plebiscito-de-salida-y-el-desafio-de-la-derecha/