A pesar de las mejoras significativas en los últimos dos años, las mujeres siguen estando insuficientemente representadas en el mercado laboral del mundo tecnológico, y esto se debe -en su mayoría- al papel asignado a las mujeres en la sociedad moderna. Actualmente, a nivel mundial, las mujeres sólo ocupan un 30% de los puestos en las compañías de tecnología. Y en Chile, sólo un 19% de los estudiantes de carreras vinculadas a la ciencia, tecnología e informática son mujeres.
Ante este escenario, hay un consenso global respecto a que aumentar la participación femenina es crucial, ya que la mitad de la población mundial no puede quedar fuera de la revolución 4.0. El mundo está experimentando una transformación digital a nivel general y es necesario que todos participemos. Más aún, considerando que hay espacios en los las profesionales mujeres podemos tener un rol clave.
Por ejemplo, las mujeres tenemos mucho que aportar en el área de desarrollo de software, que fomenta habilidades tan importantes como el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas.
Si abrimos ahora este y otros espacios del mundo tecnológico a las mujeres, a mediano plazo se instalarán nuevos referentes que afiancen vocaciones tecnológicas a partir de la etapa escolar, acelerando así el que en un futuro próximo disminuya, por fin, la brecha de género en la ciencia y tecnología.